Controlar los focos traseros periódicamente es importante porque es difícil saber si se quemaron antes de que nos detenga la policía por circular sin faros. Para verificarlo, pida a un amigo que encienda los faros delanteros. Cuando esos faros se encienden, las luces traseras se encienden también. Luego, pida a su amigo que pruebe las dos luces de giro, que ponga el auto en reversa y, por último, que pise el freno. A menudo, los autos tienen un mismo foco para los faros traseros y para la luz de freno. ¡Procure hacer estas pruebas con el freno de mano puesto!
Conducir con luces traseras o de freno quemadas puede ser peligroso, ya que los conductores que van detrás no saben si usted está desacelerando. Contar con luces traseras y de freno en buen estado es fundamental en situaciones con poca visibilidad.