La transmisión toma energía del motor y automáticamente elige el cambio correcto en función de la velocidad del auto. Una buena manera de explicarlo consiste en pensar que la transmisión es el mensajero que dice a las ruedas a qué velocidad quiere que giren el conductor. La transmisión es el componente más complejo del auto, y un cambio habitual de líquidos es muy útil para prevenir reparaciones más costosas a futuro.
Si nota que los cambios pasan con más rigidez, revise los niveles de líquido de transmisión. Si hay poco, ¡cargue! Si el fluido de transmisión tiene un aspecto sucio o huele a quemado, cambie el líquido, el filtro y el empaque de cárter. Si no hay problemas en el líquido, pero sigue notando problemas en los cambios, es posible que necesite una actualización de software o alguna reparación en la transmisión.
Si nunca cambió el líquido de transmisión y su vehículo tiene más de 100 000 millas, el cambio de líquido puede causar pérdidas. Es probable que el líquido viejo haya formado un depósito cerca de la junta de la transmisión, que el líquido nuevo probablemente deshará (junto con la junta), lo que provoca pérdidas.