El factor más importante por tener en cuenta en el cuidado de los neumáticos es la presión. Es difícil saber a simple vista si un neumático está correctamente inflado. El clima puede tener un efecto importante sobre la presión del neumático: hay que agregar aire cuando hace más frío y sacar un poco cuando la temperatura es más cálida, en verano. Además, es preciso revisar los neumáticos si el auto deja de usarse un tiempo. Al conducir, la fricción producto de la marcha calienta el aire que hay dentro de los neumáticos y aumenta la presión, lo que puede generar errores en la estimación.
Los neumáticos mal inflados se gastan más rápido y generan un calor excesivo. Además, hacen que el motor trabaje más, y pueden reducir la eficiencia en el uso de combustible: aproximadamente un 0,3% por cada punto de presión por pulgada cuadrada (psi) de diferencia con la presión ideal. En otras palabras, manejar con neumáticos inflados correctamente mejora el rendimiento de combustible un 3,3%. Recomendamos tener un compresor de aire portátil en el baúl, para poder inflar las ruedas en casa. Son económicos y se conectan directamente con la entrada de 12 voltios del tablero.
Si un neumático tiene una diferencia de presión de más de un par de psi con los otros, es probable que haya una pérdida pequeña (producto de un clavo u otro objeto). Es probable que arreglarlo sea económico, y puede ayudar a prevenir que el neumático estalle, un problema más costoso y peligroso.
Un dato de color: podrían ahorrarse hasta 2000 millones de galones de combustible por año si los estadounidenses inflaran sus neumáticos correctamente.