La correa de distribución controla las válvulas del motor y se gasta con el tiempo. En función del diseño de su motor, si se rompe la correa de distribución, los pistones pueden estrellarse contra las válvulas, y el motor queda virtualmente arruinado. En pocas palabras, si no se reemplaza la correa de distribución con la frecuencia que indica el manual del propietario, se corre el riesgo de arruinar el motor.
La correa de distribución es relativamente barata, pero a menudo se necesita bastante trabajo para acceder a ella. Por esa razón, según el diseño del motor, el procedimiento puede ser costoso. Algunos autos tienen la bomba de agua u otros componentes conectados a la correa: si su mecánico recomienda cambiar la bomba de agua mientras reemplaza la correa de distribución, hágale caso. El costo del repuesto es insignificante, si se lo compara con el esfuerzo que se necesita para acceder a él.
Algunos motores funcionan con cadenas de distribución, en lugar de usar correas. A menudo, las cadenas de distribución duran lo que dure el motor, y no necesitan cambios regulares.